Entrenamiento Personal:
¿Capricho o Necesidad?
Hablar de entrenamiento personal hoy implica mencionar un servicio accesible para muchas personas, una realidad distinta a la de hace años. Anteriormente, los entrenadores personales eran exclusivos de celebridades, deportistas o individuos con alto poder adquisitivo. Además, existían concepciones erróneas sobre la actividad física, como la creencia de que los niños no debían realizar ejercicios de fuerza por temor a afectar su crecimiento, o que el entrenamiento de fuerza podía masculinizar el cuerpo femenino.
Históricamente, los hombres tenían mayor acceso al entrenamiento, reflejo de una cultura patriarcal. Sin embargo, esta visión ha evolucionado gracias a investigaciones sobre los beneficios de la actividad física para la salud. Eventos recientes, como la pandemia de COVID-19 y el aumento de enfermedades relacionadas con el sedentarismo y malos hábitos alimenticios, han impulsado un cambio en la percepción pública.
Hoy, personas de distintos estratos sociales reconocen la importancia de la actividad física regular, a menudo bajo la guía de un entrenador personal. Pero surge la pregunta: ¿Es la contratación de estos servicios un lujo o una necesidad?
Muchos de los nuevos aficionados al entrenamiento carecen de experiencia previa, lo que aumenta el riesgo de lesiones por prácticas incorrectas. Aquí entra en juego la importancia del entrenador personal. Este profesional, adaptando su enfoque a las necesidades individuales, elabora rutinas de entrenamiento específicas. Su rol va más allá de cumplir objetivos; enseña técnicas correctas, ofrece consejos para un estilo de vida saludable y proporciona seguimiento y apoyo constantes.
Los objetivos de entrenamiento son variados y dependen de cada individuo. Pueden incluir desde la recuperación de lesiones hasta la mejora del rendimiento deportivo, la pérdida de peso o el aumento de la autoestima. La tarea del entrenador es identificar y trabajar en función de estos objetivos.
Contratar a un entrenador personal, por lo tanto, trasciende el mero capricho. Se trata de una necesidad en varios aspectos: salud, rendimiento, autoestima y bienestar general. Mejorar físicamente, correr un kilómetro más, perder peso por salud, mejorar la postura o encontrar soluciones a dolores crónicos son metas valiosas y necesarias, más allá de ser un lujo.
